jueves, 8 de enero de 2009

La domadora de serpientes

Me miró directamente a los ojos y se lanzó contra mí. No aparté la mirada, no corrí. Me amenazó y la amenacé, me atacó y no me moví. Se paró con la boca abierta, los dientes encima ví. Desperté y mis miedos se quedaron durmiendo, en la piel de la serpiente que vencí.

1 comentario:

C. dijo...

Uysss, ya es martes y 13... pero nos conformamos con que hayas hecho la intención y por lo menos una a la semana!!!! Mon amour...